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El largo historial de ataques e insultos en canchas españolas

Por: Armando G. Tejeda / La Jornada

Madrid, 13 de junio.- Los estadios de futbol son un foco de bajas pasiones. A lo largo de la historia, en La Liga española ha habido numerosos ataques e insultos racistas, xenófobos, clasistas y homófobos. No es extraño escuchar gritos desaforados con palabras como “maricón”, “indio de mierda”, “negro”, “simio”, “puto marica”, “sudaca de mierda” y “panchito”, que además se acompañan muchas veces de gestos guturales y corporales similares a los del simio y también con lanzamientos de bananas al campo. El jugador mexicano que más ataques de este tipo ha sufrido en España fue Hugo Sánchez, quien era insultado, casi siempre con las mismas palabras: “indio cabrón”.

La llegada de jugadores extranjeros a La Liga española se convirtió en algo habitual a partir de la década de los ochenta del siglo pasado, cuando el negocio del futbol se globalizó y la primera división española se convirtió en una de las más atractivas y seguidas por la afición. Hugo Sánchez tuvo que abrir brecha en muchas cosas, pero también le tocó sufrir los ataques en los estadios por su condición de mexicano, tanto en su etapa como delantero del Real Madrid como en el Atlético de Madrid. Su resolución goleadora y su brillo en el campo de juego provocaba a su vez los odios más exacerbados, sobre todo en los estadios de los rivales más acérrimos, como le ocurría cuando jugaba contra Barcelona. Entonces recibía los peores y más constantes insultos, como “indio cabrón”, “hijo de puta”, “payaso”, “subnormal” o “mongol”, entre otros.

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Esos insultos a Hugo Sánchez fueron hace 40 años y a partir de ahí se han sucedido una serie de hechos, cada cual más grave, que, además de quedar impunes por la justicia y por las autoridades federativas del futbol español, tampoco han servido para remover las consciencias de la sociedad, como sí ha logrado estos días el caso de Vinicius Jr, gravemente insultado hace tres semanas en Valencia. Entre los hechos más graves de las últimas décadas destacan, por ejemplo, cuando el lateral izquierdo del Real Madrid Roberto Carlos fue recibido en el Camp Nou, estadio del Barcelona, con una inmensa pancarta que decía: “Macaco, Copito de Nieve no tiene novia”, en alusión a un famoso gorila albino del zoológico de Barcelona, que en aquella época era una de las atracciones turísticas de la ciudad. Ni la directiva del equipo catalán ni los árbitros ni la federación hicieron algo para evitarlo, únicamente se denunció a través de los medios de comunicación.

Otro caso grave fue el que sufrió el portero nigeriano Wilfred Agbonavbare, cuando jugaba en el Rayo Vallecano durante la década de los noventa, cuando le gritó una buena parte del estadio Santiago Bernabéu: “Negro, cabrón, recoge el algodón”.

También se recuerdan los continuos insultos a Ronaldo Nazario, tanto como jugador del Barcelona como del Real Madrid, ya que era habitual que le gritaran “simio”, “negro” y, en la última etapa, “gordo payaso”.

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Un episodio que sí provocó cierto debate en la sociedad y en los estamentos deportivos fue el que protagonizó el ex delantero Samuel Eto’o, quien durante un encuentro contra Zaragoza en 2006, se negó a seguir en el campo ante los constantes insultos y lanzamientos de objetos. A Dani Alves, en un encuentro en Villarreal en 2014, le arrojaron desde la grada un plátano. Su respuesta ante este ataque fue pelarlo y comérselo.

Uno de los más recientes fue el que protagonizó a su pesar el delantero del Athletic de Bilbao Iñaki Williams a principios de 2020, cuando también se negó a jugar durante un tiempo en el estadio de Cornellá, en Barcelona, ante los continuos insultos por su color de piel. Esta caso fue importante porque significó la primera causa abierta por insultos racistas en la grada de un partido de futbol profesional en España. Es decir, más de 40 años después de que a Hugo Sánchez lo recibieran en los campos al grito de “indio”.

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